Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

II Macabeos 3, 33-37

33 Mientras el sumo sacerdote ofrecía el sacrificio de expiación, se
aparecieron otra vez a Heliodoro los mismos jóvenes, vestidos con la
misma indumentaria y en pie le dijeron: «Da muchas gracias al sumo
sacerdote Onías, pues por él te concede el Señor la gracia de vivir;


34 y tú, que has sido azotado por el Cielo, haz saber a todos la
grandeza del poder de Dios.» En diciendo esto, desparacieron.

35 Heliodoro, habiendo ofrecido al Señor un sacrificio y tras haber
orado largamente al que le había concedido la vida, se despidió de Onías y
volvió con sus tropas donde el rey.

36 Ante todos daba testimonio de las obras del Dios grande que él
había contemplado con sus ojos.

37 Al preguntar el rey a Heliodoro a quién convendría enviar otra vez
a Jerusalén, él respondió: